El gran regalo de un camino espiritual es llegar a confiar en que puedes encontrar un camino hacia el verdadero refugio. Te das cuenta de que puedes empezar justo donde estás, en medio de tu vida, y encontrar la paz en cualquier circunstancia. Incluso en esos momentos en los que el suelo tiembla terriblemente bajo tus pies -cuando hay una pérdida que alterará tu vida para siempre- puedes seguir confiando en que encontrarás el camino de vuelta a casa. Esto es posible porque has tocado el amor eterno y la conciencia que son intrínsecos a lo que eres.