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En la tauromaquia existe un interesante paralelismo con la pausa como lugar de refugio y renovación. Se cree que en medio de una corrida, un toro puede encontrar su propia zona de seguridad en el ruedo. Allí puede recuperar su fuerza y su poder. Este lugar y su estado interior se denominan "querencia". Mientras el toro siga enfurecido y reactivo, el matador tiene el mando. Pero cuando encuentra su querencia, recupera su fuerza y pierde el miedo. Desde el punto de vista del torero, en este momento el toro es realmente peligroso, porque ha alcanzado su poder.